Agua carbonatada, que aporta las burbujas y la acidez.
Azúcar o edulcorantes, que dan el sabor dulce. Los edulcorantes pueden ser naturales, como la sacarosa o la fructosa; o artificiales, como el aspartamo o el ciclamato.
Acidulantes, que regulan el sabor. Los más usados son el ácido cítrico y el ácido fosfórico.