Contienen grasa, principalmente saturada, que aporta energía y sabor, pero también puede elevar el colesterol y el riesgo de enfermedades cardiovasculares si se consume en exceso.
Tienen un bajo contenido en hidratos de carbono, lo que las hace adecuadas para dietas bajas en azúcar o cetogénicas.
Aportan vitaminas del grupo B, como la B12, que interviene en la formación de glóbulos rojos y el funcionamiento del sistema nervioso.
También contienen minerales como el hierro, el fósforo, el zinc y el selenio, que participan en diversas funciones metabólicas y defensivas del organismo.